Cartes que ressonen
Ara, farà uns dies, en una d'aquelles converses imprevistes que es tenen amb alguns amics. Una amiga meva em va parlar d'una carta que havia trobat, investigant sobre el tema de l'Acolliment. Mentre ella me la llegia, em vaig quedar, digue'm-ne parada, i vaig saber que havia de fer-ne un post, d'alguna manera no volia que aquell lament quedés silenciat.
En la meva feina em moc amb serveis de la Infancia, i en tots ells, fins i tot en el cos del professorat, anem escasos de temps i de personal. Els serveis externs els hi manquen hores d'atenció als centres, i dubto molt que es tingui la intenció d'augmentar plantilles. En definitiva en molts moments es fa el que es pot i amb els recursos que es tenen.
Enmig d'aquestes cirscumstàncies ens trobem aamb una carta d'una persona que crec que en certa manera, és un pèl excepcional. El sistema no sempre funciona i algunes vegades, es posa el pilot automàtic quan es detecten certs items, com ara: etnia gitana, dificultat econòmica, adolescent conflictiu.... De vegades les respostes esperades i/o tipificades no sempre són les més adequades. Cada individu és un món i cada familia un univers, i tots ells són similars, però a la vegada diversos.
La carta que ve a continuació està tal com estava escrita, és si més no, interessant.
Carta al E.A.I.A "Equip d Atenció a la Infància y Adolescència" 18/02/09
“Mi caso:
Primeramente quiero que sepáis que estoy muy decepcionada y enfadada con vosotros y con la Generalitat de Cataluña.
Os voy a explicar mi caso para que podáis entenderlo. No daré nombres. Ya hay alguien de vuestro equipo que sabe de qué y de quién hablo.
Empezaré desde el principio para que no haya confusiones.
“Mi caso:
Primeramente quiero que sepáis que estoy muy decepcionada y enfadada con vosotros y con la Generalitat de Cataluña.
Os voy a explicar mi caso para que podáis entenderlo. No daré nombres. Ya hay alguien de vuestro equipo que sabe de qué y de quién hablo.
Empezaré desde el principio para que no haya confusiones.
Yo soy la mayor de 4 hermanos. Y antes todos vivíamos con mi madre. Ella nos sacaba adelante como podía, hasta que empezó a tener problemas con mi hermano de 13 años (actualmente 15). El se descontrolaba y se comportaba mal. Quería hacer lo que le daba la gana y salir cuando quería, pero gracias a dios, mi madre no es de esas madres que les dejan a sus hijos irse a tomar por culo a quien sabe donde solo para que le deje ver la tele en paz o simplemente por miedo. No. Ella le plantaba cara. Lo controlaba.
Poco a poco la cosa empezó a descontrolarse. Mi madre ya tuvo que recurrir a llamar a la policía varias veces para que fuesen ellos quien lo controlaran. Mi hermano llegó a amenazarme con un cuchillo. Al final mi madre le dejó hacer lo que él más quería: irse a vivir con su padre. Estuvo allí un tiempo y su padre lo internó en un centro. Al enterarse, mi madre fue hasta allí como pudo (porque estaba muy lejos de Barcelona) para recogerlo.
Mi hermano volvió a casa. Estuvo una temporada bien. Pero volvió a descontrolarse.
Mi madre, entonces, pidió ayuda a la Generalitat de Cataluña (ahora ya sé que no debió hacerlo). Todo esto nos condujo al E.A.I.A. Allí estudiaron nuestro caso “a fondo” (y lo pongo entre comillas porque, con todos mis respetos, no estudiaron una mierda.) Llegó un señor y decidió que lo mejor para todos era quitarle los niños a mi madre. (Perdón por la interrupción pero: ¿Me habéis oído mencionar en este texto alguna vez a alguna de mis dos hermanas más pequeñas? No. ¿Y sabéis porque? Porque nunca causaron ningún problema. Porque eran niñas normales, con sus buenas notas y sus típicas peleas de calle. Con sus “no me quiero ir a dormir” o “yo no quiero verdura”, pero eran niñas normales. Eran felices. )
Mi madre, entonces, pidió ayuda a la Generalitat de Cataluña (ahora ya sé que no debió hacerlo). Todo esto nos condujo al E.A.I.A. Allí estudiaron nuestro caso “a fondo” (y lo pongo entre comillas porque, con todos mis respetos, no estudiaron una mierda.) Llegó un señor y decidió que lo mejor para todos era quitarle los niños a mi madre. (Perdón por la interrupción pero: ¿Me habéis oído mencionar en este texto alguna vez a alguna de mis dos hermanas más pequeñas? No. ¿Y sabéis porque? Porque nunca causaron ningún problema. Porque eran niñas normales, con sus buenas notas y sus típicas peleas de calle. Con sus “no me quiero ir a dormir” o “yo no quiero verdura”, pero eran niñas normales. Eran felices. )
Pero a lo que iba: Que llegó un señor y decidió, estudiándolo a fondo, claro está (intento ser sarcástica) que lo mejor era enviarlos a todos a un centro. Se fueron los 3 a un centro y yo con mi padre. Mis hermanas, como 2 chicas normales que eran, son, y serán, se comportaron y siguen en el mismo centro.
Pero a mi hermano, como chico el cual tuvo, tiene, y tendrá un problema hasta que alguien con cerebro decida que necesita VERDADERA ayuda, lo cambiaron de centro porque no se portaba bien. Un centro igual o por lo menos parecido a Font Fregona. Allí no los tratan bien. A mi hermano lo juntaron con gente mucho peor que él, gente que se droga, gente que pega. Gente que tiene problemas mucho más difíciles de solucionar que el que tiene mi hermano.
Hace poco mi hermano se rajó las venas. Los “educadores” de Can Rubio (Si es que se les puede llamar así) lo llevaron al médico, y de allí se escapó. Hará ya 2 semanas que no sabemos nada de mi hermano.
Porque gracias al E.A.I.A y a la Generalitat de Cataluña, mi hermano recibió la correcta ayuda que necesitaba, una ayuda específica para su caso y ahora está mejor. ¡Ah no! ¡Qué digo!, pero si eso es lo que NO ha pasado. ¡Eso es lo que deberíais haber hecho y no hicisteis!
Porque si os creéis con derecho de arrancar a todos los hijos de los brazos de una madre, digo yo que por lo menos tendríais que tener una idea de lo que pasa. Digo yo que si hubieseis hecho bien vuestro trabajo, hubieseis sabido desde el principio que de mi familia nadie necesitaba un centro de menores, y mucho menos mi hermano. Hubieseis sabido (eso si os hubierais parado a mirar), que lo único que necesitaba mi hermano era la figura de autoridad de un padre, o en su defecto, un psicólogo que haga bien su trabajo. Eso era lo que necesitaba y no un centro en el que sólo por hacer mal la cama ya te peguen y te pongan un castigo inhumano.
Pero vosotros hicisteis lo más fácil. ¿Para que complicaros en indagar y en averiguar qué es lo que va mal? ¿Para qué?
Todos a un centro. Caso cerrado y a otra cosa.
Pero vosotros hicisteis lo más fácil. ¿Para que complicaros en indagar y en averiguar qué es lo que va mal? ¿Para qué?
Todos a un centro. Caso cerrado y a otra cosa.
No hacéis bien vuestro trabajo, o por lo menos ese es mi punto de vista. Gracias a vuestra decisión, esa que tantísimo tiempo y esfuerzo os costó tomar para aseguraros de que no os equivocabais, y así no destrozar las vidas de ninguna familia, (sarcasmo) gracias a eso, mi hermano está desaparecido.
¿Y ahora qué? ¿Me lo vais a devolver?
¿Y ahora qué? ¿Me lo vais a devolver?
¡Ah no! Que vosotros solo dais parte de que se ha escapado. De lo demás, de vuestros errores, que se encarguen otros ¿no?
Toda esta angustia de no saber cómo está, si está bien, si esta cerca, todo este dolor, también lo están sufriendo mis hermanas más pequeñas. Mis abuelos, mis tíos, mi MADRE...
Todo porque en el E.A.I.A y en la Generalitat de Cataluña tenemos a gente muy responsable y muy competente dispuesta a ayudar en todo lo que puedan. Dispuestos a centrarse profundamente en cada caso para no cometer muchos errores.”
Todo porque en el E.A.I.A y en la Generalitat de Cataluña tenemos a gente muy responsable y muy competente dispuesta a ayudar en todo lo que puedan. Dispuestos a centrarse profundamente en cada caso para no cometer muchos errores.”
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