Diez razones para apoyar a Obama: Koldo Aldai
Buenos hermanos a uno y otro lado del Atlántico han contestado críticamente el artículo en el que definía a Obama como un gran líder planetario. Bienvenido sea el sano y fraterno debate, no en balde estamos ante un tema capital. No se trata tanto de un debate ceñido a una persona, sino a un modelo de transformación social. No es tanto una controversia en torno a Obama sí o no, sino a cómo deseamos caminar hacia el otro modo posible. Seguidamente expongo diez razones por las que considero positivo el apoyo a Barack Obama. Por imperativos de espacio algunos argumentos tan sólo los enunciaré, pues ya han sido abordadas en anteriores artículos.
1.- Quien trabaja por la unidad en la diversidad, quien apuesta decididamente por derribar fronteras, abismos, separaciones…, trabaja para el Cielo. Todas las actuaciones de Obama a nivel nacional e internacional van en el sentido de fomento de la inclusividad y la síntesis. Sólo hay que repasar las hemerotecas y observar los gestos de gigante que ha realizado para acercar naciones, credos, culturas, civilizaciones, estamentos sociales… Sus proclamas para fomentar el encuentro con los adversarios históricos de los EEUU, están a la vista de todos.
2.- Quien trabaja para los más desfavorecidos, quien trabaja por la Madre Tierra, trabaja también para el Plan Amor y Luz para la humanidad. Quien se preocupa de repartir la riqueza y que no falte pan y salud a quienes menos poseen, quien ha hecho de la lucha contra el cambio climático una de su principales banderas, trabaja para en la dirección acertada. Obama desborda los esquemas ideológicos y está decidido a gobernar para todos, fomentando en todas las situaciones el máximo grado de consenso.
3.- Intelectuales de izquierda se aferran a la teoría de que con Obama no ha cambiado nada en los EEUU. Creo que este argumento no es serio, ni sólido. A la vista del tremendo embate que esta sufriendo Obama por parte de las fuerzas reaccionarias. Prensa, multinacionales y políticos ultraconservadores, están desarrollando una campaña feroz con el único objetivo de sacar a Obama, de cualquier forma, fuera de la Casa Blanca. ¿Si en realidad nada hubiera cambiado a qué se debe esa cruzada inmisericorde?
4.- En realidad el debate que tenemos ante nosotros es el del modelo de transformación: evolución o revolución. Se trata también de una cuestión de ritmos. Mientras que para unos con Obama apenas nada ha cambiado, para otros va muy rápido en sus transformaciones. Quienes piden a Obama el oro y el moro a nueve meses de desembarcar en la presidencia olvidan que las importantes transformaciones políticas y sociales, han de ser rítmicas, paulatinas. No se puede pedir a un gobernante que promueva leyes, cuya población aún no está en condiciones de asumir. Volquemos al libro universal de la naturaleza, a observar el modelo de todos, a estudiar sus leyes. Todo el desarrollo de la naturaleza está marcado por la ley de la evolución. Las estructura sociales no pueden seguir un parámetro evolutivo diferente de las estructuras orgánicas. La naturaleza invita a la evolución gradual y así lo podemos observar en el reino mineral, vegetal y animal. La semilla no deviene árbol en un breve lapso de tiempo. Atardece lentamente, maduramos de la misma forma. La conciencia humana que posibilita la transformación de las estructuras humanas, también evoluciona a ritmo lento, pero sostenido.
5.- A nivel económico, sin duda el aspecto más cuestionable puede resultar la importante ayuda concedida por la administración federal a las grandes multinacionales del automóvil. En este aspecto es quizás donde nuestra mirada ha de ser más generosa para comprender que los norteamericanos no pueden tampoco de un día a otro cambiar sus hábitos de vida. El coche contamina el aire, degrada las ciudades, cercena la convivencia humana, agudiza nuestro individualismo… El automóvil particular es elemento más representativo de una civilización individualista y materialista en franco declive. La invitación a la superación de este modelo de locomoción es una labor didáctica por parte de los gobernantes. Al día de hoy no pueden dejar hundir la industria automovilística de un día para otro. No se puede dejar hundir la economía capitalista, sin que la población haya asumido una economía más limpia, solidaria y más en función de las necesidades reales de la población. Una vez las transformación comienza más por el testimonio de los convencidos, que por el dictado de los gobernantes. Vendrán nuevos líderes que puedan pedir más a la población, que puedan gobernar instaurando más ambiciosas e imprescindibles transformaciones sociales, pero al día de hoy el techo del avance de la conciencia norteamericana no da para más. Su administración podrá desarrollar una labor concientizadora, pero nunca imponer aquello que el conjunto de la población aún no concibe.
6.- Es preciso recuperar la perspectiva histórica de una humanidad sumida en las mil y un guerras, sin instituciones internacionales, una historia en la que ha prevalecido la ley del más fuerte. El apoyo mostrado a Obama por los mas diferentes mandatarios mundiales el pasado día 24 de Septiembre es un hecho sin precedentes. Su postura por el desarme nuclear y por la reducción de armamentos supone un enorme giro con respecto a las anteriores administraciones.
7.- El emerger de este liderazgo planetario es uno de los hechos más esperanzadores de los últimos tiempos. Obama se ha volcado en el respaldo a las instituciones internacionales. El Tribunal Internacional y la ONU se han visto beneficiados por el nuevo presidente. Amén de ese respaldo práctico ha sabido trazar objetivos comunes y reunir tras ellos a las naciones. Nunca hubo un líder mundial que gozara de tanto apoyo planetario.
8.- Más allá del apoyo de los dirigentes políticos, será preciso observar el apoyo que se ha granjeados entre las capas más humildes de la población mundial. Los últimos de la tierra tienen en él un icono de liberación. Será preciso viajar al África profunda y ver la esperanza que ha despertado este hombre sencillo. Obama les ha demostrado que con esfuerzo y voluntad bien dirigida se puede llegar muy lejos.
9.- Vivimos un tiempo grande en el que los grandes están ya con nosotros. ¿Si no les reconocemos ahora, cuándo sino? ¿Si no les apoyamos ahora, cuándo sino? Claro es más fácil curarnos en salud, escudarnos tras el sempiterno escepticismo, es más fácil renovar nuestro anti-americanismo y evitar cualquier metedura de pata. Es más fácil no arriesgar no vaya a ser, que nos equivoquemos. ¿Qué aureola queremos ver tras su rostro, qué señales aguardamos en los cielos para alinearnos con los grandes servidores…? No, reconocer liderazgo no es cuadrarnos y aguardar órdenes. Es ver como los nuestros, los heraldos del Cielo, pueden alcanzar las más elevadas cumbres del poder en la tierra. Es empujar todos a una, sabiendo que quienes más ven tienen más compromiso y más responsabilidad y por lo tanto más necesidad de apoyo.
10.- Nos podemos equivocar, podemos resbalar estrepitosamente, pero en la vida hemos de ser fieles a nuestro corazón. En realidad es la única fidelidad a la que nos debemos, las otras fidelidades vienen por añadidura. Por lo demás hasta el presente no erramos. La actuación de Obama ha sido ejemplo impecable hasta el día de hoy. Mañana Dios dirá si nos equivocamos al echar el resto a favor de este hombre de color que con humildad, entereza y profundo espíritu de servicio alcanzó el gobierno de la nación más poderosa de la Tierra. Dios no quiera, pero si un día no respondiera a la esperanza en él concitada en cuanto a líder imbuido de servicio y altos ideales, si un día su actuación contradijera los valores que pregona, no tendríamos reparo en señalarlo.
No obstante es difícil no equivocarse cuando se abraza semejante responsabilidad. Quien arriesga necesariamente tropieza. Con todo el respeto, desde mi humilde perspectiva sí que habrá que revisar la adhesión a quienes desde su cómoda tribuna intelectual nada arriesgan. Será preciso revisar los iconos del mañana. Quienes no trabajan por la unidad humana, no trabajan apara el Plan de Dios en nuestra bendita tierra. Los grandes intelectuales de la izquierda que siembren sospecha gratuita y división y confrontación, pueden quedar aparcados en el arcén de la historia. Es posible que puedan mermar nuestras bibliotecas, es posible que tengamos que prescindir de algunos autores capitales del pasado… Valía su literatura cuando aún nos manteníamos a pie de barricada, pero seguramente ya no cuando tomamos la decisión de servir al alto ideal de fraternidad humana.
Sólo son diez razones, volcadas a bote pronto. Razones que no falten, pero sobre todo que no nos falte la fe en que somos superioramente asistidos, en que la humanidad no avanza a la deriva, en que en los momentos más críticos como el presente, el Cielo envía a la tierra grandes seres capaces, junto a la humanidad consciente de invertir la deriva hacia el desastre, de motivarnos y empujarnos en la construcción de una civilización auténticamente solidaria y fraterna.
Koldo Aldai
Koldo Aldai
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